Pero para muchos representantes del mercado, el bitcóin, descentralizado y no dependiente de los bancos centrales nacionales, encarna una forma de oro digital.
Así, las criptomonedas representarían un recurso para protegerse de la inflación que podrían provocar las medidas monetarias ultraflexibles tomadas por muchos bancos centrales, comenzando por la Reserva Federal estadounidense (Fed).
Los analistas de JPMorgan consideran que el bitcóin podría alcanzar los 146.000 dólares, siempre y cuando su volatilidad disminuya y así atraer a inversores que en la actualidad prefieren el oro, que es más estable.
Sus pares del banco francés Societe Generale, por su parte, se interrogan si el bitcóin tendrá tanto éxito como para competir con el oro, que ha contado con la confianza de los inversores durante 3.000 años de historia. Para ellos, otra hipótesis a medio plazo para las criptomonedas es: "si la subida reciente se revierte en los próximos meses, sin lugar a dudas se hablará de la 'burbuja pandémica' del bitcóin".
En la misma línea del bitcóin, el ethereum aumentó casi un 6%, hasta 1.150 dólares (unos 930 euros). "Ethereum es la única otra criptomoneda que vale la pena ser mencionada" desde el punto de vista del mercado, afirma Naeem Aslam, analista de Ava Trade.
En cambio, el ripple, otra criptomoneda destacada, sufre a causa de un conflicto entre sus creadores y el regulador estadounidense del mercado, la SEC (Comisión de bolsa y valores).
El ripple cotizaba a 0,22 dólares (casi 0,18 euros), lo que significa una caída del 66% desde su nivel alcanzado a fines de noviembre, momento en que comenzaron a dispararse las cotizaciones de las criptomonedas.