Todos los años, alrededor de un millón de personas en Estados Unidos sufre un infarto, aproximadamente más de la mitad de ellos muere y otros sufren daños permanentes. Afortunadamente, existe una serie de remedios caseros y sencillos consejos que puedes adoptar para mantenerte a salvo y cuidar a tu corazón. Aquí te los presentamos.
Problemas de latidos
Se calcula que más de 82 millones de personas en Estados Unidos tienen alguna enfermedad del corazón y de los vasos sanguíneos, siendo el 9% de ellos hispanos. Cada año más de 600 000 personas mueren a causa de las enfermedades cardíacas y se estima que alguien tiene un ataque al corazón cada 40 segundos. Una manera de controlar este problema es con los siguientes remedios:
1. Plátanos y aguacate
Estos son alimentos ricos en potasio, un mineral que, según diferentes ensayos clínicos, actuaría como vasodilatador. Por ello, se cree que el consumo regular de plátanos o aguacates ayudaría a proteger contra la calcificación vascular patogénica, también conocida como endurecimiento de las arterias o ateroesclerosis, condición que afecta el flujo sanguíneo.
2. Nueces
Este fruto seco contiene fósforo, magnesio y vitaminas B que fortalecerían el corazón. Para aprovecharlo puedes preparar un remedio casero a partir de quitarles la cáscara de cinco nueces y luego molerlas finamente. Coloca el polvo en 1/2 vaso de agua y deja hervir durante un minuto. Debes dejar reposar durante la noche y después colar la infusión. Se recomienda beberla en ayunas.
Otro remedio consiste en cortar en trozos dos cebollas grandes, mezclarlas junto con dos tazas de vino blanco, una cucharadita de miel y colocarlas dentro de una botella durante 20 días. Al cumplirse el límite deberás tomar dos cucharadas al día. Esta hortaliza se asoció a propiedades hipotensoras capaces de beneficiar el funcionamiento del corazón.
4. Infusión de espino blanco
La evidencia científica señala que el espino blanco tendría efectos cardiotónicos, antiarrítmicos y sería capaz de reducir ligeramente la presión arterial. Para aprovecharlo se recomienda verter un litro de agua hirviendo en un recipiente con un puñado de flores secas desmenuzadas de esta hierba. Déjalo reposar por una hora y toma una taza diariamente.
5. Muérdago
Desde la Edad Media, esta planta fue utilizada con fines medicinales, específicamente como diurético e hipotensor. Puedes hervir durante cinco minutos medio puñado de esta planta para una taza de agua. Se recomienda tomar una cucharada de la infusión por día para regularizar la presión sanguínea. Pero cuidado, en exceso puede ser tóxica.
6. Ajo
El ajo es uno de los remedios naturales más antiguos del que se tenga registro. Incluso se utilizaba con fines medicinales antes de ser aprovechado para la gastronomía. Debes hervir varios dientes en una taza de vinagre blanco, y endulzar con miel. Tómatelo todas las mañanas en ayunas para eliminar los depósitos grasos que se adhieren progresivamente a las paredes de las arterias.
Además de ser muy valorada por sus propiedades antibacterianas, la miel es una excelente opción para las afecciones cardíacas, sobre todo, si la combinas con hierbas. Los expertos indican que lo ideal sería tomarla en infusiones dos veces al día. Puedes preparar una con hierba luisa, vinculada al buen funcionamiento cardiovascular.
8. Valeriana
La valeriana se posiciona como una de las hierbas favoritas para controlar el insomnio y los problemas de sueño, gracias a que actúa sobre el sistema nervioso reduciendo el estrés. Este efecto también sería útil para regular el ritmo cardíaco y mejorar el funcionamiento del sistema circulatorio.
9. Licuado
Esta es una manera atractiva de cuidar tu corazón. Puedes extraer el jugo de tres toronjas previamente lavadas y vaciar en la licuadora junto con una rebanada de melón, 1/2 rebanada de piña, 1/2 manzana y dos ramas de apio. Después de licuar y colar, añade unas gotas de limón. Debes beberlo al instante y puedes tomarlo hasta dos veces por semana.
Otros cuidados
Además de incorporar alguna de estas opciones, para mantener el corazón sano es importante mantener un peso saludable, hacer ejercicio regularmente, no fumar y controlar regularmente los niveles de presión arterial y colesterol. Visitar a tu médico con frecuencia es otra medida recomendada.
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